Maya es espontánea, feliz, despreocupada, fuerte… Encara la vida con positividad, buscando la felicidad en los pequeños momentos, sin agobiarse con el rumbo que puedan tomar sus decisiones. Aunque la vida le aseste golpes, ella siempre consigue quedarse con la mejor parte de lo ocurrido. Cuando conoce al misterioso Prometeo, la curiosidad la induce a acercarse a él, hasta que sus sentimientos se desbocan.
Prometeo es un hombre que guarda muchos secretos, tiene el alma herida, y tanto su pasado como su futuro son dolosos. Oculta su identidad, intenta parecer duro, no alterarse con nada porque no puede hacer promesas a largo plazo, pero conocer a Maya desatará a un hombre pasional en su interior, le enredará en una historia intensa con fecha de caducidad y se llevará para siempre una parte de él.
¿Existe un amor capaz de perdurar más allá del ahora o siempre será víctima del tiempo?
Polos opuestos, enemies to lovers, un misterio, una historia donde los límites del amor encuentran a nuestros protagonistas.
El encuentro fortuito entre Jessie y Noah inicia una relación para la que ninguno de los dos está preparado. Ella ha dedicado su vida a los libros, sin interesarse demasiado en salir ni relacionarse con los demás. Él es un mujeriego, alguien que disfruta de noches de pasión sin ataduras. El destino los unirá para recomponer las piezas del macabro secreto que esconde la madre de Jessie.
El pasado de Aurora no ha sido un camino de rosas, y por si fuera poco, sabe que la estancia en el internado de Suiza tarde o temprano le pasará factura. Su padre nunca regala nada. Durante mucho tiempo se ha escondido de los demás, y ahora más que nunca, su carácter ha cambiado, y su habilidad para enmascarar lo que siente ha mejorado en muchos sentidos.
La vida de Bruno podría definirse con una palabra: desenfreno. Carreras ilegales de moto, chicas, amigos, fiestas... Ahora debe abandonar Madrid y viajar a Suiza con su hermana para alejarse de esa vida. Su carácter impulsivo y con tendencias a rebasar los límites de lo prohibido, su chulería y la seguridad en sí mismo no harán que la toma de decisiones acerca de su futuro sea algo sencillo.
El primer encuentro entre Bruno y Aurora será como un choque de trenes. Él es irritantemente grosero y soez. Ella estirada e inalcanzable. Pero la chispa saltará desde el primer instante, y pese a que ella tiene prohibido enamorarse, los designios del corazón no se pueden cambiar.